...Dulce muchacha triste...

La recuerdo muy bien
y no porque en sus labios
si trajera cerezas de los valles del Jerte
sino porque, ya ves,
tenía en sus zapatos
polvo de todos los caminos.
La recuerdo muy bien
tan solo su mirada
era el lugar del mundo donde no había un Vietnam.
Viajaba en su mochila una andadura larga
y un libro de poemas mira tú.
Dulce muchacha triste
recorría caminos
en busca de una risa en donde descansar.
Tenía en su mente
una ciudad con columpios de agua y mercados de arena en las esquinas
“Hace tiempo, le dije,
que cortaron al hombre
una antigua costumbre de volar que tenía:
Sólo seremos nuestros
el día que consigamos ver nacer a los niños con alas”
Dibujó un barco azul sobre un mar amarillo
y me lo regaló oculto en una concha.
Después se fue.
No he podido encontrarla
en ningún sitio del aire y de la tierra.
No sé bien qué fue de ella.
Un amigo me dijo que murió
cuando supo que no es un rock la vida.
Otros me aseguran que envejeció de pronto
y se paró a dormir al lado de un camino.






Me enamoré de esta canción hace unos años, y a dia de hoy solo puedo volver a enamorarme de su autor Pablo Guerrero por firmarme su libro de poesias y escribir en mi corazon de piedra "para Sara, el futuro y la mujer".

1 comentario:

.JL. en los afelios dijo...

Es precioso...
Recuerdo que cuando empecé a leer a Pablo, unos versos se grabaron para siempre en mi memoria.

"Cuántos ojos han mirado la luna, de nosotros está la luna llena"

Quizá la muchacha se fue a vivir a la luna con nuestras miradas... ;)


Lo cierto es que lo de hoy allí ha sido genial.
Pasate a ver la primera foto.